LITERATURA

El temario de Literatura Latina y Romanización para 2º BACHILLERATO es el siguiente:

1. El teatro latino (Plauto, Terencio, Séneca).
2. La historiografía (César, Salustio, Livio, Tácito).
3. La poesía épica (Virgilio, Lucano).
4. La lírica latina (Catulo, Horacio, Ovidio).
5. La fábula, la sátira y el epigrama (Fedro, Juvenal, Marcial).
6. La oratoria y la retórica (Cicerón, Quintiliano).
7. La novela (Petronio, Apuleyo).
8. Factores de Romanización en la Bética.

 
1. EL TEATRO LATINO (Plauto, Terencio, Séneca)

En la primera mitad del S. III a. C. las legiones romanas invaden el Sur de Italia y debieron de sentirse deslumbrados ante la refinada cultura de aquella zona, la Magna Grecia, y, en concreto, ante sus florecientes teatros. A partir de entonces, la demanda de representaciones teatrales en Roma debió de hacerse cada vez más imperiosa, y así, al terminar la primera guerra púnica, se representa en Roma, en el año 240 a. C. una tragedia griega.

Las obras dramáticas latinas se clasifican primera y fundamentalmente, en tragedia y comedia. La tragedia suele presentar como protagonistas a dioses o héroes y, de acuerdo con ello, su tono es solemne y su lenguaje elevado. La comedia, en cambio, se ocupa del hombre de la calle, y su lenguaje, en consecuencia, es desenfadado y a menudo grosero.
Tanto la tragedia como la comedia surgen en Roma con traducciones o adaptaciones de obras griegas y, por tanto, con asunto, lugar de acción y personajes griegos. La tragedia griega traducida o adaptada se denomina entre los latinos,  fabula graecanica o cothurnata (el coturno es el calzado de los actores trágicos), y la comedia griega, fabula palliata (el palio es una vestidura griega). Más tarde surgen las obras con asunto, personajes y lugar de acción romanos, alternando con las anteriores. Pues bien, a la tragedia romana se la llama fabula praetexta (la toga pretexta, bordada con una franja de púrpura, la llevaban los niños y los altos magistrados), y a la comedia romana,  fabula togata (la toga común es la vestidura nacional romana en la vida civil).
Existen, pues en el teatro latino cuatro tipos de subgéneros:


TRAGEDIA

GRIEGA

Fabula graecanica

Fabula praetexta

ROMANA

Fabula palliata

Fabula togata

COMEDIA

El teatro era para los romanos un espectáculo más, que tenía lugar, como éstos, en los días de juegos o festivales públicos. Durante casi toda la República Roma no tuvo locales permanentes para las representaciones teatrales. Los teatros fueron al principio un simple trozo de terreno acotado, al aire libre, con los espectadores de pie o sentados en el suelo. Luego se construyeron de madera, desmontables. Y finalmente, ya en el año 55 a. C., Pompeyo hizo construir e inauguró solemnemente el primer teatro estable, de piedra.

Los teatros eran como en Grecia, de planta semicircular, con gradas para los espectadores. Abajo estaba el escenario (scaena), con un muro de fondo suntuosamente decorado con estatuas, columnas, relieves, etc. El graderío donde se sentaban los espectadores era la cavea. Entre la "scaena" y el arranque de la "cavea" se hallaba la orquestra, espacio igualmente circular que en Roma se destinaba a asiento de los senadores y altos magistrados. Las 14 primeras filas de la "cavea" estaban reservadas a los caballeros y el resto al pueblo llano.

Los organizadores de los juegos públicos eran los ediles. Los actores, generalmente esclavos, eran siempre hombres, incluso en papeles de mujeres. Para adaptarse a los diversos personajes interpretados se caracterizaban mediante pelucas de distintos colores; después mediante máscaras. Los trajes variaban según el tipo de obra representada (tragedia o comedia, griega o romana) y según el papel, la edad, el sexo, el personaje, etc. Las representaciones tenían lugar en las primeras horas de la tarde. La entrada era gratuita y los espectadores solían comportarse de forma tumultuosa, a pesar de los esfuerzos de los encargados del orden.

El teatro romano es siempre teatro en verso, con gran variedad de metros, y siempre teatro musical, pues alternaban el diálogo, la música y la danza.

De  las obras dramáticas de la literatura latina sólo conservamos las comedias de Plauto y Terencio y las tragedias de Séneca. Del resto únicamente se conservan pequeños fragmentos.

PLAUTO (251?-184)

Originario de Umbría, ciudadano libre, pero pobre, parece que trabajó en el teatro y en otros menesteres hasta que logró vender y representar sus primeras obras, que lo hicieron famoso; no recibió una educación esmerada, su escuela fue la vida misma. Alcanzó una fama impresionante, y fue creciendo después de su muerte.

El número de obras que circularon con el nombre de Plauto fueron 130. El juicio casi unánime de todos los críticos romanos fue que sólo 21 obras eran auténticas; esto hizo que se perdieran las obras que fueron rechazadas como falsas y entre las cuales posiblemente había otras auténticas. Se considera que el número de obras apócrifas se debe a autores posteriores y que los directores suplantaron el nombre de Plauto con miras a obtener un mayor éxito.

Todas las comedias de Plauto pertenecen al género de la "Palliata", son adaptaciones de obras griegas. El mundo de las comedias de Plauto es el de los hombres de la calle, el de los seres sin rostro, que carecen de protagonismo en la vida social y política. La trama consiste con frecuencia en un joven enamorado de una esclava, y sin dinero para comprarla; acude en sus cuitas a un esclavo suyo y éste, con su astucia, consigue el dinero. Siempre hay un final feliz.

Los recursos dramáticos empleados por Plauto son:
1. Tipificación elemental: marcada reducción de argumentos, personajes y situaciones. En las 20 comedias conservadas sólo hallamos 9 tipos fijos: servus, senex, adulescens, meretrix, matrona, parasitus, leno (traficante de esclavos), miles...
2. Movimiento escénico: Plauto no podía montar un grandioso espectáculo, pero supo paliar esta deficiencia poniendo en movimiento a sus pocos actores.
3. Vestimenta: disfraz extravagante.
4. Ruptura de la ilusión escénica: Plauto, como temeroso del aburrimiento del espectador, lo hace participar de la obra.
5. Lenguaje: Plauto tiene un perfecto dominio de la lengua; la lengua colabora al equívoco, apoyada por lo obsceno y la palabrería ridícula.
6. Equívoco de situaciones.
7. Absurdo: descripción, frase, respuesta carente de lógica.
8. Burla de provincianos y campesinos.
9. Crítica social.
10. Grosería y obscenidad.

Plauto, hombre del pueblo, interpretó felizmente las inquietudes, aspiraciones y frustraciones de la sociedad romana de la época. Los esclavos son los protagonistas de sus comedias, donde se burla y engaña a las clases acomodadas. Pero es preciso tener en cuenta que a Plauto no le interesaba transmitir ningún mensaje social ni moral. Lo que pretendía era provocar el jolgorio popular en estado puro.

El teatro de Plauto es ante todo lírico. Se ha dicho que Plauto tenía más imaginación auditiva que visual. Las escenas habladas son de extensión muy inferior a las cantadas o declamadas con acompañamiento musical. Las partes habladas se llaman Diverbium y las otras Cantica. La música era de otro autor. Las obras van precedidas de un prólogo, en el que se cuenta la trama complicada y el desenlace de la obra.

          Algunas comedias de Plauto son: Amphitruo (Júpiter sustituye la persona del general Anfitrión y Mercurio sustituye al criado de Anfitrión, llamado Sosias, ambos ausentes. Cuando regresan se producen equívocos divertidos), Aulularia (El viejo y pobre Euclión encuentra en su casa una olla llena de oro, vive intranquilo y recela de Megadoro, hombre honrado y maduro que le pide la mano de su hija Fedra. Esconde la olla en el templo de la Buena Fe, pero es robada por el esclavo Estróbilo, cuyo dueño Licómides, sobrino de Megadoro, está enamorado de Fedra. Licómides consigue que su tío renuncie a la mano de Fedra, que Estróbilo restituya la olla y que Euclión le conceda su hija), Bachides (el enredo se origina por el parecido que tienen dos cortesanas que son hermanas), Menaechmi (Los gemelos), Captivi (Los cautivos), Miles gloriosus (El soldado fanfarrón), Pseudolus (El trapalón)...

TERENCIO (190?- 159)

Fue un esclavo de origen africano; tomó su nombre del senador Terencio Lucano, que le dio la libertad. Murió joven y no tenemos noticias de que escribiera más de seis comedias que conservamos:
Andria (La andriana): un joven de buena familia está enamorado de una muchacha pobre y sin familia, su padre quiere casarlo con la hija de un rico vecino; al final resulta que la muchacha sin familia es también hija de ese rico vecino.
Hecyra (La suegra): Una recién casada, cuyo marido está ausente, se va a casa de su madre; su suegro y su marido creen que lo ha hecho por no poder aguantar a su suegra.
Eunuchus (El eunuco): Un joven se hace pasar por eunuco para introducirse en la casa de su amada.
Heautontimoroumenos (El atormentador de sí mismo), Phormio (Formión), Adelphoe (Los hermanos): Un padre con dos hijos cede uno de ellos en adopción a un hermano, soltero y sin hijos.

Terencio, de una generación posterior a Plauto, más helenizado que Plauto, intentó educar al público romano y el público le volvió la espalda. Y eso que los personajes de Terencio son los mismos que los de Plauto, ya que sus obras, como las de éste, son adaptaciones de obras griegas (fabula palliata). Pero en Terencio no hay ruptura de la jerárquica pirámide social y todas las clases se suavizan y pulen: los de abajo, siguen guardando el debido respeto a los de arriba; los esclavos conservan la inventiva tradicional pero están exentos del cinismo, grosería y desfachatez que tenían en Plauto, no son desvergonzados, han adquirido cierto decoro, cierta urbanidad en el trato con sus amos, las matronas son delicadas y encantadoras, virtuosas y comprensivas con sus maridos, llenas de ternura para con los hijos y sacrificadas por ellos; los padres se sacrifican por sus hijos y éstos los respetan y los quieren; las cortesanas, que en Plauto son todo egoísmo y voluptuosidad, aparecen en Terencio adornadas de cualidades notables. A Plauto sólo le importa provocar la carcajada; en Terencio es esencial el mensaje educativo y moral. Terencio, con sus grandes valores dramáticos, su humanismo y su mensaje moral, no logró conectar con el público romano, compuesto en su mayoría por gentes de las capas sociales inferiores.

Su lengua es elegante, refinada y pura y sus personajes hablan todos como el autor, lo cual es un defecto; en Plauto, cada personaje habla de acuerdo con su condición social y cultura. Es una comedia psicológica: desarrollo de la caracterización, lentitud de la acción, disminución de la "vis comica".

SÉNECA


Lucio Anneo Séneca, hijo de Séneca el retórico, nació en Córdoba pocos años antes de la era de Cristo. Todavía niño, fue llevado por su padre a Roma y se educó en varias escuelas que seguían distintas doctrinas filosóficas, pero él se inclinó en sus obras por el estoicismo. Supo ganarse un puesto de honor en los círculos aristocráticos. Agripina Menor, esposa de Claudio, lo nombró preceptor de su hijo Domicio, el futuro emperador Nerón. En el año 65 Nerón, sospechando que había tomado parte en la conjura del senador Pisón le ordenó que se suicidara (forma atenuada de condena)

Su obra se divide en Filosofía y Tragedias. Séneca tomó del teatro griego temas, personajes básicos y estructuras formales, pero los elaboró con unos presupuestos totalmente nuevos.

Séneca trágico no se puede separar de Séneca filósofo. Las tragedias presentan una ampliación de su pensamiento estoico. La vida se presenta como algo sumamente duro, en ella el hombre, abandonado de los dioses, ha de debatirse en medio de una serie de contrariedades que lo pueden llevar incluso al suicidio. El hombre es el centro de estas tragedias; el sufrimiento humano en todas sus formas subyace como motivo fundamental en todas ellas.

            Otro aspecto que más ha destacado siempre al analizar las tragedias de Séneca ha sido el de su componente retórico o declamatorio. La Retórica con la pérdida de las libertades había empezado a perder parte de su sentido y a convertirse en una hueca palabrería. Este tipo de retórica invadió la producción literaria latina del S. I d. C. Además hay que tener en cuenta la concomitancia que entre tragedia y retórica había habido tradicionalmente en el mundo romano.

Uno de los problemas más debatidos es el de si las tragedias de Séneca fueron pensadas por su autor o no para la representación. Es evidente que Séneca se aparta en múltiples aspectos de la técnica dramática de la tragedia griega del siglo V a. C. y que algunas escenas serían de muy difícil representación según las convenciones griegas clásicas. Séneca no escribió sus tragedias para la escena, por más que en muchos aspectos dichas tragedias estén completamente cerca de una verdadera obra teatral. Séneca abandona el teatro para dirigirse a un ambiente más refinado, como era el de los salones de recitación.

Un elemento técnico tradicional del teatro clásico son los prólogos; la forma de prólogo preferida por Séneca es la de monólogo expositivo. Constituyen una base fundamental para crear un suspense dramático. Otros recursos técnicos a los que acude frecuentemente Séneca son: La nodriza (personaje secundario), el mensajero (su papel es el de narrar unos hechos que ocurren fuera de escena) y los coros (tienen la función de un oyente o espectador que va comentando aquello que contempla en la acción de los personajes; sus intervenciones suelen ir siempre entre actos, sirviendo así de intermedio lírico; no toman parte en la acción).

La importancia del teatro de Séneca dentro de la historia de la literatura europea ha sido verdaderamente trascendental. Sus tragedias, desde que fueron escritas hasta nuestros días no han dejado nunca de estar presentes de un modo u otro en ninguna de las etapas de la evolución cultural de Europa. Séneca alcanzaba preeminencia sobre los trágicos griegos, por aquello que lo apartaba de ellos, la moral estoica que tan bien encajaba con la moral cristiana.

Sus tragedias son:
Hércules loco: Juno que odia a Hércules le hace perder la razón y en su locura mata a su esposa y a sus hijos. Cuando vuelve en sí y se da cuenta de lo que ha hecho, quiere matarse.
Las troyanas, Las fenicias, Fedra, Agamenón, Hércules en el Eta
Medea: Jasón se va a casar con Creúsa y va a desterrar a su esposa Medea. Ésta en venganza envía a Creúsa como regalo de bodas unas joyas y una vestimenta envenenadas que la hacen perecer entre llamas; luego mata a sus propios hijos en presencia del padre y sale huyendo por los aires.
Edipo: Edipo, rey de Tebas, lamenta con su esposa Yocasta la peste que asola el país. Se consulta el oráculo de Delfos que responde que hay que castigar al asesino de Layo (anterior rey y marido de Yocasta). Se descubre que el asesino fue Edipo, hijo de Layo y de Yocasta, que había matado a su padre y se había casado con su madre. Yocasta se suicida, Edipo se castiga a sí mismo arrancándose los ojos y desterrándose para librar a Tebas de la peste.
Tiestes: Los hermanos Atreo (padre de Agamenón y Menelao) y Tiestes se disputan el trono de Micenas. Con el favor de Zeus, Atreo se hace con el poder y destierra a Tiestes. Simulando la reconciliación lo invita a volver a Micenas para compartir el trono. Tiestes regresa con sus hijos  y Atreo lo recibe con muestras de afecto pero con un plan de venganza: mata a sus hijos y prepara con su carne un banquete para el padre ofreciéndole también la sangre mezclada con el vino.

2. LA HISTORIOGRAFÍA

La Historiografía en la Antigüedad es un género literario en prosa que tiene como objeto los sucesos acaecidos a un determinado pueblo. La Historia es, por tanto, materia literaria: las leyendas y sucesos recibían un tratamiento que, pretendiendo reflejar la verdad su histórica, fuese a un tiempo una obra de arte.

La principal innovación que introducen los primeros historiadores romanos consiste en la disposición cronológica de los hechos. Las primeras obras históricas se llamaron "Annales", respetando la tradición de los primeros anales (documentos de carácter público, de cuya redacción se encargaban los Pontifices Maximi, que narraban los sucesos año por año); y los autores son conocidos con el nombre de analistas. Los analistas primitivos comienzan su relato con la fundación de Roma y lo extienden hasta la narración de su propio tiempo. En este primer período se mezclan la historia y el mito.

La prosa literaria nace en todas sus modalidades con CATÓN, romano austero de querencias campesinas, que luchó como censor siempre contra la corrupción en las costumbres. Nacionalista a ultranza y enemigo de todo lo griego. Como historiador, escribe la obra titulada ORIGENES, compendio histórico en siete libros que abarca desde la fundación de Roma hasta su época. De esta obra conservamos fragmentos. Difiere de los analistas en varios aspectos:
a) utiliza el latín y no el griego.
b) no se ciñe a la historia de Roma sino que abarca la de toda Italia.
c) no es una mera crónica de sucesos, sino también una aproximación crítica a las causas que los han motivado: habla de geografía, geología, agricultura, minería, clima...


         GAYO JULIO CÉSAR (100-44 a. C.)

Nació en Roma de la ilustre familia de los Julios, familia aristocrática pero arruinada. Dotado de una inteligencia fuera de lo común y de una gran ambición, se dedicó preferentemente a la vida política y militar. A pesar de esto conquistó un puesto honroso en el campo de las letras.

En el año 60, cuando el Senado se opone a su candidatura para el consulado, forma con Pompeyo y Craso, a título exclusivamente privado, el primer triunvirato y, apoyado por ambos, consigue la máxima magistratura en el 59. Finalizado su año de consulado, marcha a gobernar en calidad de procónsul las provincias de Iliria, Galia Cisalpina y Provenza. Sin contar con el Senado, conquista, por iniciativa personal, la Galia Transalpina pretextando razones geopolíticas. Esta conquista le proporciona riquezas, prestigio militar y el mando sobre diez legiones. Acabada la campaña de las Galias, pide nuevamente el consulado para antes del 48, petición ilegal, ya que entre dos mandatos debían mediar al menos 10 años. Pompeyo (Craso había muerto) y el Senado se oponen; César rompe las hostilidades el 10 de Enero del 49 pasando con sus legiones el Rubicón, río que separa la Galia Cisalpina de la Umbría, territorio que ya no está bajo su mandato, y da comienzo la guerra civil (49-48).

Tras derrotar a Pompeyo en Farsalia y acabar con los últimos focos pompeyanos en Egipto, norte de África y España, aglutina todos los poderes de la república y se constituye en dictador a perpetuidad. Gobierna con benignidad y amnistía a sus enemigos políticos, pero en los Idus de Marzo del 44 es asesinado en el Senado por Bruto y Casio, que querían restablecer las libertades republicanas. César sentó las bases del régimen imperial; más tarde su sobrino-nieto Augusto recogió su herencia política y acabó prácticamente con la vieja república romana.

 Obra literaria

Su fama literaria  se debe principalmente a su obra de carácter histórico C. IULII CAESARIS COMMENTARII RERUM GESTARUM que comprende siete libros DE BELLO GALLICO y tres DE BELLO CIVILI.

Los siete primeros libros narran la conquista de las Galias; cada uno de los  libros corresponde a un año de campaña. Tras una descripción geográfica de la Galia, el autor va siguiendo paso a paso sus conquistas y enfrentamientos con los pueblos diversos. El libro VIII (Año 51 a. C.), escrito por su lugarteniente Aulo Hircio, narra las últimas resistencias de los Galos hasta la pacificación total en la que César no participó personalmente. Este libro llena la laguna cronológica existente entre "Bellum Gallicum" (58-52 a. C.) y "Bellum Civile" (49-48). Los tres siguientes libros tratan la guerra de César contra el Senado y Pompeyo.

La composición por año permanece dentro de la tradición analística, pero es significativo que sus libros no hayan recibido el título de "Annales" ni el de "Historiae". Son "Commentarii", género literario que posee sus reglas propias: era una simple exposición de hechos cuyo recuerdo no quería perderse; era una exposición subjetiva, precisa y clara, pero desprovista de ornamentos literarios. Los comentarios de César, sin embargo, son de tal concisión y belleza literaria que ningún historiador posterior se atrevió a elaborar a partir de ellos una Historia que pudiese superarlos.

El estilo de César ha quedado como un modelo de clasicismo por la pureza de su lengua y la precisión de su vocabulario. Su característica principal es la concisión: dice lo que quiere decir sin ninguna palabra superflua; la narración fluye sencilla, evitando todo artificio y adorno. En efecto, la pureza de la lengua, en el léxico y en la construcción, hacen que César sea considerado, junto con Cicerón, el mayor estilista de la prosa latina clásica. La narración,  desprovista de artificio retórico, contribuye a conferir al relato su carácter de objetividad. Sólo se sirvió de los materiales de que disponía como general en jefe: archivos de su ejército, sus propios diarios de campaña (cuando narra acontecimientos en los que participó personalmente), informes de sus legados (cuando se trata de acontecimientos de los que estuvo ausente) y sus propios informes al Senado.

El principal problema que se plantea a propósito de los "Commentarii" es el de su veracidad. César, para dar  mayor sensación de objetividad siempre habla de sí mismo en tercera persona, "Caesar", evitando el uso de "ego". Sin embargo resalta los hechos que le interesa y calla los que no; los hechos narrativos suelen ser verídicos, pero, a veces, cambia el contexto y el momento en el que se produjeron, siempre para favorecer su imagen personal. César se muestra maestro en el arte de la propaganda política: el receptor saca las conclusiones que el autor quiere a base de los datos, ciertos pero incompletos, que éste le suministra.

GAYO SALUSTIO CRISPO (87-35 a. C.)

Nació de una familia libre plebeya pero acomodada. Acompañó a César en la campaña militar de África y éste lo encargó del gobierno de Numidia en el año 47, una vez declarada ésta provincia romana. Pudo él saciar allí su curiosidad estudiosa investigando el país, la historia y las costumbres de los númidas, pero al mismo tiempo los hizo víctimas de un despojo sin piedad en provecho propio. Una vez asesinado César, sintió Salustio que su carrera en la política y en las armas había terminado; con las riquezas acumuladas compró fincas y se construyó un palacio rodeado de hermosos jardines ("Horti Sallustiani") en Roma, el cual sirvió de morada posteriormente a los emperadores Nerón, Vespasiano, Nerva y Aureliano. Aquí se retiró Salustio y se dedicó a componer sus obras históricas hasta su muerte.

En los escritos de Salustio hay una severa condena de la corrupción tanto pública como privada de su tiempo, especialmente de las malas artes de la captación política, ambición, y de la codicia de los magistrados. Su propia vida, sin embargo, distó mucho de ser un modelo.

Obras

DE CONIURATIONE CATILINAE: narra el intento de Catilina en el año 63 a. C. para hacerse con el poder tras haber sido derrotado en las elecciones. En ella participa un cierto número de personas de la nobleza, jóvenes sobre todo, y, en un determinado momento la favorece también la plebe. Descubierta y denunciada en el Senado por el cónsul, Cicerón, son los cabecillas ejecutados en Roma. Esta monografía ha sido considerada como un escrito político, respuesta a Cicerón que, en un opúsculo, trataba de ciertos proyectos de César y lo acusaba de complicidad en la conjuración de Catilina. Hay un capítulo entero dedicado a refutar tal inculpación; lo cual no quiere decir que la obra no tenga otro objeto. Atención especial merece también la exposición de la decadencia romana. Se da cuenta de que la República romana se está descomponiendo, pero lo que más le preocupa de esto es la degeneración moral.

DE BELLO IUGURTINO: narra la Guerra de Jugurta; guerra civil por el trono de Numidia en la que toma partido el Senado romano. Yugurta asesina a sus dos hermanos y se proclama el único rey en contra de la voluntad de los romanos, y le declaran la guerra. La guerra que Roma tuvo contra el rey de los númidas, Yugurta, aparece en Salustio marcando el comienzo de una era nueva y decisiva en la lucha de clases: consagra el advenimiento al consulado del hombre de la plebe, Mario.

HISTORIAE: perdida ha quedado para nosotros (quedan cuatro discursos, dos cartas y algunos fragmentos) esta obra, la última y más madura de las producciones del autor.

Salustio plantea la historia como una obra literaria, pues su objetivo no es político sino artístico. Se ha reconocido repetidamente por los estudiosos que Salustio es el creador de la historia como género literario; pero su originalidad no puede apreciarse con exactitud porque la producción histórica romana de la época anterior se ha perdido. Las obras de Salustio pertenecen a la literatura tanto por su visión como por su estilo, y la visión es ante todo dramática. Salustio elige cuidadosamente temas, situaciones y personajes de gran contenido dramático, haciendo un análisis de las causas y un estudio psicológico de los protagonistas. Siente un especial interés en penetrar hondamente en el alma de esos individuos extraordinarios. Otro medio del autor para ilustrar su narración descubriendo el espíritu y las intenciones de sus personajes: los discursos y epístolas que les atribuye. Sigue aquí un uso común, en general, a los historiadores antiguos.
El estilo de Salustio es una reacción contra los modos imperantes; en este caso contra los de la prosa ciceroniana. Este se distingue por la abundancia, la claridad, la armonía de construcción y de ritmo. Salustio sin embargo busca la concisión, la variedad en el léxico y en la sintaxis; suprime toda palabra innecesaria, empleando las más preñadas de sentido y omitiendo los nexos lógicos entre frases. Obliga con ello al lector a un continuo esfuerzo de atención para seguir su pensamiento; matiza su vocabulario con términos arcaicos y algunos vulgares.

TITO LIVIO (59 a.C.-17 d. C.)

Nació en Padua, Norte de Italia. Recibió una cuidada educación tanto en su ciudad natal como en Roma y probablemente también en Grecia. Vivió en Roma donde pronto se incorporó al círculo de Augusto, que lo distinguió con su amistad personal, pero rehuyó los cargos públicos en aras de su vocación de historiador, a la que dedicó cincuenta años de su vida. Tras la muerte de Augusto, regresó a su ciudad natal, donde murió.

Obra

Su obra principal, a la que debe su fama es CXLII LIBRI AB URBE CONDITA y abarcaba desde los orígenes de Roma hasta el año 9 a. C., 25 años antes de la muerte de Augusto. La magnitud de la obra impidió su conservación íntegra por la dificultad misma que entrañaba su copia y difusión. La obra acostumbraba a editarse en grupos de diez libros denominados décadas. Ya a finales del siglo I d. C. resultaba difícil disponer de la obra completa.

Sólo se han conservado 35 libros:
* La primera década, que abarca desde los orígenes hasta la víspera de la guerra con Pirro (el libro I relata los orígenes de Roma y la época de la Monarquía romana; los libros II-X cuentan parte de la historia de la República).
* La tercera década, dedicada a la segunda guerra púnica.
* La cuarta década y la mitad de la quinta, narran hasta la sumisión de Macedonia.

Aparte de estos 35 libros, prácticamente completos, se conservan algunos fragmentos. Poseemos además información del contenido de casi toda la obra, gracias a unos sumarios (periochae) que se han conservado. Son de extensión muy desigual y fueron realizados libro por libro para ayudar al manejo de la voluminosa obra. Ya en el S. II existía un extracto de toda la obra (Epitome). También se conserva una colección de prodigios mencionados por Tito Livio en su obra.

Coincide con Salustio en el sentido ejemplarista y moralista de la historia: quiere que su obra infunda en sus conciudadanos amor a la patria, respeto al "Mos Maiorum", concordia civil y religiosidad profunda; todo lo cual coincide punto por punto con el programa restaurador de Augusto, que Tito Livio comparte con entusiasmo. Tiene, además, una característica propia: la exaltación de Roma por encima de todo; su amor a Roma hace que conceda crédito a cualquier información, por hinchada que esté, que redunde en prestigio y gloria de sus antepasados y lo llevó a acentuar determinados detalles, así como a suprimir otros que le resultaban penosos o a darles una versión que encajase en su visión moralizadora de la historia. Sin embargo con frecuencia expone las opiniones distintas sobre algún suceso, para que el lector contraste y saque sus propias conclusiones.

Tito Livio no estudió las fuentes originarias ni visitó los lugares de los acontecimientos; utilizó fuentes de segunda mano, es decir, otros historiadores anteriores, casi todos latinos.

Siguiendo a los analistas, emplea un método cronológico que estudia la historia año por año, enunciando los nombres de los cónsules, las campañas militares, hechos más salientes de la política interior, la religión y el culto, así como los prodigios en los que el pueblo romano creía ver una acción o un mensaje de los dioses.

Siguiendo la costumbre de los historiadores anteriores, introdujo una gran cantidad de discursos "inventados" en la narración histórica; sólo en los libros conservados se cuentan más de 400, todos ellos ejemplares desde el punto de vista retórico-literario. La mayor parte son breves, pero algunos alcanzan una larga extensión. Con los discursos quiere romper la monotonía de los períodos descriptivos y narrativos, exponiendo los rasgos psicológicos de un personaje, la política de un partido o el ambiente general de una situación.
En cuanto al estilo, destaca el color poético que tiñe su prosa: se le ha llamado "el poeta de la historia"; esta andadura poética de su prosa se percibe especialmente en los primeros libros, quizá debido al carácter legendario del contenido narrado. Utilizó expresiones poéticas, metáforas frecuentes, vivas y atrevidas. Incluso invoca a los dioses al comienzo de su obra, como los poetas épicos.

CORNELIO TÁCITO (hacia el 54 - alrededor del 120 d. C.)

P. Cornelius Tacitus era, según parece, originario del Sur de la Galia e hijo de una ilustre familia. Se educó en Roma, donde estudió retórica y filosofía con buenos maestros; llegando a ser excelente orador y hábil abogado. Su carrera pública se inició en tiempo de Vespasiano, alcanzando los honores senatoriales. Bajo el reinado de Nerva, Tácito fue cónsul; bajo el reinado de Trajano, fue procónsul en Asia.
Obra

Tácito emprende su tarea literaria a la madurez, cuando las circunstancias políticas le permiten expresar libremente sus ideas.

DE VITA ET MORIBUS IULII AGRICOLAE, panegírico biográfico de su suegro. Describe la conquista y pacificación de Britania durante los siete años del mandato de Agrícola, elogiando la "virtus" de este verdadero romano. Tiene una introducción geográfica y etnográfica, discursos de los jefes antes de las batallas y descripciones de las mismas.

GERMANIA, monografía etnográfica. Consta de dos partes:
a) Descripción de Germania y de su población en general, con su vida y costumbres.
b) Descripción particular de cada uno de los pueblos germánicos. El autor avisa a los romanos del peligro que entrañaban estos pueblos.

Los propósitos de Tácito con esta obra son de carácter ético: proponer a la decrépita y desmoralizadora cultura romana el ejemplo de virtud de los juveniles e incorruptos pueblos germánicos. Tácito redescubre en estos pueblos los elementos que dieron en el pasado poder y grandeza a Roma. Por otra parte, Tácito no pierde totalmente su sentido crítico frente a los germanos: descubre sus defectos (bebida, juego y desunión) y sus diferencias con los romanos: el romano es labrador por naturaleza, mientras que los germanos son guerreros. Tácito no sólo debió servirse de las numerosas obras sobre la materia, sino también de noticias verbales de mercaderes, soldados y viajeros. Se deslizan en su obra numerosos errores geográficos y sobre todo acerca de la religión y mitología de los germanos.

HISTORIAE, es una de las obras grandes de Tácito. Constaba de 14 libros que narraban los acontecimientos romanos desde la muerte de Nerón hasta la de Domiciano. Sólo se han conservado los libros del I al IV y gran parte del V.

ANNALES. Escrita después de las "Historias",  esta obra comprende la época histórica que va desde la muerte de Augusto (14), hasta la muerte de Nerón (68). Se refiere al período de los reinados de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Hizo resaltar las ignominias y crueldades de los reinados que describe, con lo que indirectamente exaltaba los méritos de Nerva y Trajano.

Pretende dar un juicio sobre el Imperio como forma de gobierno. No lo realiza de una forma expresa, pero indirectamente influye sobre el lector para que se forme un juicio negativo sobre el sistema de gobierno del Imperio. Comprende que el sistema republicano no es viable en su tiempo y reduce sus aspiraciones políticas a un régimen imperial liberalizado. Se esforzó por ser sincero pero no logró ser imparcial; el corazón se le va hacia la República de la antigua Roma, pero sabe que son tiempos irremediablemente perdidos.

Su objetivo es ante todo moralizante; busca en la historia el ejemplo de una existencia nueva y digna del ser humano. Da mucha importancia a la individualidad, sobresale como pintor de caracteres. Toda su obra está envuelta en un hálito de dramatismo. Sus rasgos son: concisión, brevedad y obscuridad.


3. LA POESÍA ÉPICA

 1.- CARACTERÍSTICAS DEL GÉNERO.

Se entiende por épica aquellas manifestaciones poéticas de carácter narrativo que cuentan con un lenguaje solemne y majestuoso las hazañas legendarias de héroes o los orígenes míticos de un pueblo.
La épica surge en las culturas primitivas vinculada con composiciones que se transmiten oralmente, generalmente con acompañamiento musical y que no tienen ni un único autor ni un texto fijo.
La enorme influencia que ejerce en toda la civilización occidental la cultura griega hace que, a partir de la Ilíada y la Odisea, la épica se convierta en un género literario con características bien definidas. Surge así el poema épico o épica culta, producto de la voluntad de su autor que escoge el tema y utiliza conscientemente los recursos estilísticos a su alcance. A este último tipo de poesía pertenecen todas las obras de carácter épico de la literatura latina. En el origen y desarrollo del género épico en Roma podemos observar tres características fundamentales:
1. Influencia homérica. Los dos poemas homéricos son el punto de arranque de toda la épica occidental.
2. Utilización de la historia nacional como argumento épico. Desde época muy temprana los autores latinos sustituyen los elementos míticos y legendarios por sus propias gestas históricas como tema de sus poemas épicos.
3. Influencia de la poesía alejandrina. A comienzos del siglo I a. de J.C. se descubre en Roma a los poetas griegos del siglo III que, reunidos en Alejandría, habían creado una poesía mitológica erudita. De la influencia de este tipo de poesía surgen en Roma una serie de poemas narrativos extensos de tema mitológico, escritos en hexámetros. A este tipo pertenecen las Metamorfosis de Ovidio.
 
2.- VIRGILIO.

Publio Virgilio Marón constituye una de las cimas de la literatura latina, siendo uno de los autores clásicos que ejerció en la literatura posterior una influencia más duradera y permanente. Gozó de un reconocimiento importante en todas las épocas. Nació en el año 70 a. C. y perteneció a una familia de clase media. Murió en Brindis, el 19 a. de J.C., al regreso de un viaje a Grecia que había realizado para conocer "in situ" los lugares en los que se desarrollaba la Eneida.

Vivió en la época de Augusto. Perteneció al “círculo de Mecenas”, el gran amigo de Augusto y protector de artistas que colaboró con él en el intento de renovación de las costumbres y tradiciones romanas antiguas. Virgilio, profundamente identificado con los proyectos de Augusto, es el máximo representante de una poesía al servicio de los valores tradicionales de patriotismo y religiosidad que propugnaba el emperador. Aunque Virgilio es conocido gracias a la Eneida, ésta es su última obra ( a la que dedica los diez últimos años de su vida). Antes escribe las Bucólicas, diez composiciones de tema pastoril, y las Geórgicas, poema que pretende apoyar la política de Augusto tendente a restablecer, una vez acabadas las guerras civiles, los modos de vida vinculados a la labor agrícola y a la vida campesina. Su intención es proponer como ideal la vida en armonía con la naturaleza.

LA ENEIDA.
Poema épico en hexámetros en el que se ensalza el origen y crecimiento del poder romano. Al parecer el deseo de Mecenas y del círculo de intelectuales próximo a Augusto era que el poema se hubiera centrado en la figura del propio emperador. Virgilio glorifica los orígenes míticos de la ciudad sirviéndose de la leyenda de Eneas, padre mítico de Roma y, al mismo tiempo, antepasado divino de Augusto.
El tema central del poema es, pues, la leyenda de Eneas, el héroe troyano que sobrevivió a la destrucción de Troya y, tras un largo viaje, fundó un asentamiento troyano en Italia. Escogiendo la leyenda de Eneas como fundador de Roma, Virgilio hacía descender "la gens Iulia", a la que Augusto pertenecía, de Iulo, el hijo de Eneas; de esta forma, como según la leyenda Eneas era hijo de la diosa Venus, se establecían unos orígenes divinos para el emperador.

La Iliada y la Odisea le sugirieron la composición del poema en dos partes: los seis primeros libros, en los que se narra la peregrinación de Eneas desde la destrucción de Troya hasta su llegada a Italia, recogen el modelo de la Odisea; los otros seis, que recogen las luchas por la conquista de Italia, recuerdan a la Iliada. A la influencia homérica se debe también la presencia de los dioses.

El poema comienza cuando Eneas y sus compañeros llevan ya algunos años vagando en busca de la tierra donde, según el mandato de los dioses, han de fundar una nueva ciudad. Eneas, con los Penates de la destruida Troya, con su padre Anquises y su hijo Ascanio vaga, asistido por su madre Venus, durante mucho tiempo por el mar, cuando una tempestad los arroja a las costas de África. Allí se está levantando Cartago, la futura rival de Roma. Recibido hospitalariamente por la reina Dido, Eneas hace un relato de la destrucción de Troya y de los acontecimientos posteriores. Narra a continuación Virgilio los amores de Eneas y Dido, que se ven obstaculizados por Júpiter, quien recuerda a Eneas la misión encomendada por los "hados"; Eneas parte y Dido se quita la vida. La primera parte del poema termina con el descenso de Eneas al Infierno, narrado en el libro VI; allí contempla los espíritus de personas desaparecidas y recibe de su padre Anquises una visión profética sobre sus descendientes. Es éste un libro de una gran belleza formal y en él se exponen las ideas de Virgilio acerca de la vida de ultratumba y de la reencarnación. Los seis libros siguientes narran la llegada a Italia de Eneas y sus compañeros y sus luchas por el dominio de Italia. Destacan  algunos episodios, como el ataque de las amazonas dirigidas por Camila y, sobre todo, el combate final entre Turno y Eneas que termina con la victoria de este último.

Como obra literaria la Eneida es un poema de una extraordinaria complejidad. Virgilio une el presente y el pasado, la historia y la leyenda con gran habilidad; las hazañas y aspiraciones de Augusto aparecen en el poema no expuestos directamente, sino en forma de disgresión profética: en el libro I, Júpiter pasa revista a la historia de Roma hasta la época de Augusto; en el libro VI la sombra de su padre, Anquises, revela a Eneas el destino de Roma como dominadora y civilizadora de pueblos...
La Eneida es una obra de extraordinaria perfección estilística y métrica, aunque su autor pidió en su testamento que se destruyera por considerarla inacabada. A pesar de los deseos del poeta, Augusto dio orden de que se publicara sin añadir nada, por ese motivo encontramos versos incompletos. Logró además una perfecta adaptación del hexámetro a la lengua latina. Homero es el representante de una épica primitiva, pensada para ser recitada generalmente con acompañamiento musical; su intención era exclusivamente cautivar y entretener. Virgilio, por su parte, es un poeta erudito: su obra es producto de un intenso estudio de las fuentes y los modelos tanto griegos como latinos.

3.- LUCANO O LA ÉPICA ANTICLÁSICA.

El poeta Lucano protagoniza hacia mediados del siglo I de nuestra era el único intento de renovar la épica, apartándose de forma consciente e incluso oponiéndose activamente a la concepción épica virgiliana, considerada clásica. Lucano es el representante en el campo de la épica de un estilo nuevo, anticlásico y vinculado al movimiento estoico que, de la mano de Séneca el Filósofo, se impone en los primeros años del reinado de Nerón.

Marco Anneo Lucano era hijo de un hermano menor de Séneca el Filósofo con quien el poeta mantuvo una estrechísima relación. Nació en Córdoba en el 39 d. de C., aunque fue llevado casi inmediatamente a Roma donde recibió una esmerada educación. Estudió filosofía, completando su formación, como era frecuente entre las familias distinguidas, con una estancia en Atenas. Gozó en sus primeros años de la amistad del emperador Nerón que lo admitió en su círculo. Esta situación varió años más tarde por razones que no se conocen exactamente, pero a las que no parecen ser ajenos los celos de Nerón ante el talento poético de Lucano y su éxito literario. Lo cierto es que a partir de un determinado momento se le prohibió escribir poesía y el ejercicio de la abogacía en los tribunales. Acusado de participar en la conjura de Pisón fue finalmente obligado a suicidarse, igual que su tío Séneca, en el 65 d. de C, a la temprana edad de 26 años. Lucano fue un autor muy precoz y extraordinariamente prolífico; sólo conservamos completo su poema épico-histórico, la Farsalia, pero nos han llegado los títulos así como noticias diversas de otras catorce obras, entre las que figuran obras dramáticas, discursos, sátiras y poemas varios.

LA FARSALIA.
La única obra de Lucano que se nos ha conservado es la Farsalia, poema épico-histórico en hexámetros que tiene como tema la guerra civil entre César y Pompeyo. La obra se compone de diez libros. El poema está inconcluso y su redacción se vio interrumpida en el libro X por la muerte de su autor. Tampoco tenemos información sobre con qué acontecimiento histórico debía terminar, aunque la idea más extendida es que pretendía finalizar el poema con la muerte de César. Los tres primeros libros tratan de los comienzos de la guerra civil de un modo relativamente favorable a César; en los siete libros restantes, publicados después de la muerte de su autor, predomina un intenso republicanismo.

Las características especiales de la Farsalia que hacen de ella un poema épico revolucionario son las siguientes:

a) El poema es exclusivamente histórico. Se puede considerar a Lucano un historiador épico y filosófico, que utiliza el tema histórico no como un pretexto sino como un vehículo de sus ideas y de su arte. Desde el comienzo del poema, Lucano rompe abiertamente con las convenciones que para el género épico estaban fijadas desde Homero. En este sentido es significativa su renuncia a invocar a las Musas o a cualquier otra divinidad helénica. Niega así la necesidad de modelos griegos para un poema que él considera específicamente romano.

b) La ausencia de dioses y de aparato mitológico. Lucano destierra completamente a los dioses de su obra. Estos no tienen ninguna incidencia en el desarrollo de la acción. En el centro del poema está el hombre responsable único de sus actos. La idea que domina el poema es que el propio pueblo romano ha conducido a Roma a su situación de decadencia con la corrupción y las discordias civiles.

c) Al no poder explicarse los acontecimientos por intervención divina, los hechos se explican de forma racional. Las causas de la guerra civil, por ejemplo, fueron minuciosamente analizadas.

d) Por último, también rompe la tradición virgiliana el hecho de que la Farsalia no tenga un héroe unívoco. Hay tres figuras en la obra con entidad suficiente para ser considerados héroes: César, Pompeyo y Catón; pero Lucano no se inclina con claridad por ninguno de ellos, aunque parece que sus simpatías están del lado de Catón.

Lucano es un representante de los gustos anticlásicos de la época neroniana y, tanto en el contenido como en la forma, intenta iniciar un nuevo camino para la épica, alejándose del modelo establecido por Virgilio. El primer rasgo que destaca en su obra es el uso y abuso del tono retórico: amplificaciones, repetición de ideas, aliteraciones, etc. Utiliza con frecuencia descripciones y discursos artísticamente elaborados, así como sentencias y frases lapidarias que se han convertido en citas célebres.


4. LÍRICA Y ELEGÍA (CATULO, HORACIO Y OVIDIO)

Concepto de Poesía Lírica

Caracteriza a la poesía lírica griega la polimetría, la musicalidad y la expresión de sentimientos personales muy variados, siempre en composiciones breves. Esta poesía no estaba destinada a ser leída, sino a ser recitada ante un público por un individuo aislado o un coro con el acompañamiento de algún instrumento musical. Y de ahí, fundamentalmente, que en el ámbito cultural griego, el vocablo "lírica" designase a la poesía cantada al son de la lira (o cualquier otro instrumento de cuerda similar).

La lírica latina comienza en Roma mucho más tarde que la épica o el teatro, (a finales del siglo II a.C.). La diferencia es que los romanos escribieron poca poesía lírica propiamente dicha y además fue un producto completamente literario no arraigado en la costumbre social, pensado para ser leído y no cantado.
Después del siglo II a. C., surgen dos escuelas poéticas de tendencias opuestas: los tradicionalistas y los poetae novi. Los poetae novi  o Neotéricos, un grupo de poetas considerados como los renovadores cultistas de la poesía latina del momento, propugnaban el abandono de la épica en aras de unas pequeñas composiciones en las que predominaban la selección del vocabulario y la polimetría, buscando siempre la perfección métrica y estética. Sus principales composiciones serán los epyllia (epilios) o pequeños poemas épicos, para explicar el origen de fiestas, de costumbres, etc. El término "neotéricos" fue acuñado por Cicerón (neotérico arrepentido y a quien irritaban especialmente) de una manera un tanto despectiva, y se generalizó en la Antigüedad tardía. Se unen en un intento de imitar a los poetas alejandrinos (Calímaco, especialmente), que ejercerían una gran influencia en su forma de componer. Defienden el arte por el arte en un alarde de erudición y subliman las más nimias vivencias personales encuadrándolas en un preciosismo exagerado. 

CATULO

Máximo representante de los poetae novi o neotéricos, es el único autor del que se nos han conservado todos sus poemas y uno de los poetas latinos más populares hoy día. Aunque parte de su atractivo radica en su versatilidad, se le recuerda ante todo como poeta amoroso; efectivamente, fue el primer poeta latino que describió el desarrollo de un proceso amoroso de una manera intensa. Cayo Valerio Catulo, nacido en Verona (84.54 a.C.), era hijo de una familia provinciana, que aún sin grandes bienes de fortuna, pudo dotarlo de una excelente educación. Su padre se preciaba de la amistad con César, sentimiento que Catulo no compartía. Tuvo poca inclinación por los cargos oficiales y el comercio, y gustaba, por el contrario, del otium, de la vida social, del trato con los amigos, de las mujeres, del arte poético... Se enamoró de Clodia (a la que en sus poemas llama Lesbia), una aristócrata joven y hermosa pero sin escrúpulos con la que vivió unos amores tempestuosos que no duraron demasiado. Murió cuando tenía alrededor de los 30 años. Las dos circunstancias vitales determinantes que marcaron su vida y su obra fueron: la infidelidad de Lesbia y la muerte de su hermano.
El actual Corpus Catuliano que poseemos consta de 116 poemas y podemos vertebrarlo en tres partes claramente diferenciadas:
* La primera parte, del poema 1 hasta el 60, comprende poemas líricos cortos, en metros y contenidos variados. Encontramos incidentes de la vida diaria, expresiones de amistad, sátiras, críticas políticas, poemas de amor... Los poemas amorosos constituyen el bloque mayor en la obra catuliana y el de más valor literario. Todos ellos están dedicados a Clodia, bajo el nombre de Lesbia. Puede seguirse en ellos, paso a paso, la línea recorrida por estos amores: una curva ascendente en su primera fase, que pronto iniciará su descenso hasta llegar a la ruptura definitiva.
* La segunda parte, del poema 61 hasta el 68, se caracteriza por una mayor extensión de las poesías e importancia del asunto: himnos nupciales, elegías epistolares, y hasta una breve epopeya con motivos mitológicos. El poema más largo es el 64 y trata de las bodas de Tetis y Peleo, los padres de Aquiles. Es un epilio, es decir, un poema épico corto, de acuerdo con las ideas de los neotéricos.
* La tercera parte, del poema 69 hasta el 116, es parecida en cuanto al contenido a la primera parte, pero se caracteriza por su forma métrica común, el dístico elegíaco (un hexámetro más un pentámetro), y además porque expresa los sentimientos del poeta de una forma más tradicionalmente romana.

En suma, Catulo se nos presenta como la figura más destacada entre los poetas jóvenes de su época. En él se observa la influencia de los líricos griegos: preocupación por las formas perfectas, selección del vocabulario, introducción de nuevos metros y temas, plasmación de vivencias personales... A través de los breves retratos de su pasión tenemos un tesoro de expresiones y motivos populares. Su lengua surge del habla familiar y nos sumerge de lleno en la sociedad romana de la época.

HORACIO

Quinto Horacio Flaco (65-8 a.C.) nació en Venusia (Apulia), hijo de un liberto que ejercía el cargo de recaudador de impuestos. Con gran sacrificio de su familia, recibió una esmerada educación en Roma y más tarde en Grecia, entusiasmándose con la filosofía epicúrea. Se enroló en el ejército de Bruto y combatió en Filipos con el grado de tribuno militar. Tras la derrota volvió a Roma. Allí empieza a escribir, trabando amistad con Virgilio, quien lo presentó a Mecenas, al cual le unió una profunda amistad durante toda su vida. No se casó nunca. Se dedicó por completo a su actividad literaria, permitiéndose incluso rechazar el cargo de secretario particular del "princeps", que el propio Augusto le había ofrecido.

Épodos
Llamados por Horacio Iambi. Están a media distancia entre la poesía satírica y lírica. Adopta la estrofa yámbica, mezclándola con otros ritmos. Reúne aquí 17 poemas cortos, de tono violento y agresivo sobre temas muy diversos: junto a las deprecaciones contra las guerras civiles, aparecen las invectivas contra personas de la vida pública o privada, contra sus enemigos literarios o contra mujeres perversas... No obstante, también hay un poema de tema bucólico, el conocidísimo Beatus Ille, en el que canta la vida del campo frente a las complicaciones de la vida urbana.

Odas (CARMINA)
Se trata de composiciones líricas agrupadas en cuatro libros; naturalmente utiliza temas y metros líricos griegos. Horacio apoya las intenciones morales y religiosas de Augusto, incluyendo una temática muy variada:
 *Temas político-nacionales, centrados en la predicación de la vida serena y la aurea mediocritas, como medio de freno para las ambiciones. Igualmente dedica poemas de alabanza a Augusto.
* Temas religiosos, usa a los dioses como un mero artificio literario.
* Temas de ética y moral, se pueden incluir también alguno de tipo erótico y otros de tipo profano (la alegría de los banquetes, la tranquilidad de la vida del campo, amores propios y ajenos...), pero donde fundamentalmente se deja ver la influencia de la filosofía epicúrea que Horacio profesaba, en clara contradicción con su carácter típicamente romano: se ha de vivir el presente, disfrutando de la vida ("carpe diem"), pero de una manera sensata, con calma y tranquilidad, evitando el ansia de riqueza y las esperanzas infundadas, que fueron, según él, las causantes de la crisis romana.
* En realidad toda la lírica de Horacio, no es otra cosa que una meditación en torno a la muerte: ésta es el hilo conductor de su mundo.
En la poesía lírica, Horacio es menos apasionado que Catulo. La posición de Horacio como uno de los mayores poetas latinos se basa en la perfección formal que muestra su poesía. Sus mejores odas son las filosóficas, invitando al placer moderado, ya que cualquier exceso acarrea dolor e infelicidad.
Las características de su obra son:
-Plasticidad: consiste en dar forma, relieve y límites a lo que se escribe. Horacio es insuperable en la descripción tanto de motivos de la naturaleza, como de sus ideas y sentimientos, personificándolos si es necesario por medio de divinidades alegóricas.
-Sentido del equilibrio: intenta llevar a la literatura la idea epicúrea de la moderación que cultivó durante toda su vida. Insiste en la importancia del orden y combinación de las palabras como principio fundamental del lenguaje poético.
-Sentido de la perfección: es la cualidad más acusada y característica, aunque pueda hacerle perder a veces sentimiento y espontaneidad. Horacio utiliza en todo momento la palabra o construcción exacta, trabaja una y otra vez los versos hasta dejarlos perfectos; la estructura de sus composiciones es armónica y rigurosa.

Poesía Elegíaca

La elegía latina se suele considerar como un subgénero de la lírica por su carácter íntimo y personal. En la primitiva tradición literaria griega, la elegía (del griego elegos “lamento”) era un lamento fúnebre que se entonaba con acompañamiento de flauta. De este primitivo origen deriva el carácter melancólico del género elegíaco. Pero en algunos griegos encontramos elegías de lamento amoroso.
La elegía latina toma de la griega su carácter doloroso y de lamento, y sobre todo, desde el punto de vista formal, el metro típico de este género: el dístico elegíaco, compuesto por un hexámetro y un pentámetro. A diferencia de la griega, en la  elegía romana predomina el elemento personal y la pasión amorosa.
Podemos decir, pues, que la elegía es una composición poética escrita en dísticos elegíacos y asociada a la expresión del sentimiento personal del lamento y el dolor.
           
 OVIDIO

Publio Ovidio Nasón nació en el año 43 a. de C. Pertenecía a una familia de orden ecuestre que le dio una sólida formación. Durante cierto tiempo ejerció algunos cargos oficiales, pero abandonó pronto estas ocupaciones para dedicarse por completo a la poesía. En el 8 a.C. fue desterrado por Augusto a Tomis, en la orilla del Mar Negro. El propio Ovidio nos habla de su destierro atribuyéndolo a dos causas: "carmen et error". Parece ser que el poema que le pudo costar el destierro fue Ars amatoria, cuyo contenido era poco acorde con la campaña de moralización de las costumbres propugnada por Augusto. El "error" se ha relacionado con la familia Julia; según parece, pudo tener alguna relación con alguno de los adulterios de Julia la Menor, nieta de Augusto, que también fue desterrada. Lejos de Roma. Su gran tragedia, significó paradójicamente su consagración como poeta elegíaco. Desde luego, la impresión que el castigo produjo en el poeta, que entonces contaba con 51 años, fue espantosa. Hizo todo lo posible por conseguir el perdón y regresar a Roma, pero todo fue inútil. Murió en el año 17 d. C., algunos años después de Augusto, sin haber obtenido, ni siquiera de su sucesor, el perdón tantas veces implorado.
La obra de Ovidio está centrada sobre un tema único: Eros es el dios a quien este poeta rinde culto, por supuesto de una manera muy especial. De la abundante producción poética de Ovidio, que incluye también otras composiciones poéticas, nos centraremos en las de contenido amoroso o elegíaco:
 *Amores: formada por tres libros dedicados a su amada Corina. Son elegías eróticas de carácter subjetivo.
*Ars amandi (el arte de amar). Ovidio se presenta como un experto en la técnica amatoria. Aunque la obra podría encuadrarse dentro de la poesía didáctica, el contenido y la forma (dísticos elegíacos) corresponden al campo de la elegía amorosa.
* Heroidas: son las cartas apasionadas o epístolas poéticas que Ovidio atribuye a heroínas míticas dirigidas a sus maridos o amantes: Penélope a Ulises, Dido a Eneas, etc. Representa situaciones modelo: se suceden alternativamente el anhelo y los celos, la tristeza y la ira, los recuerdos y esperanzas, las quejas y acusaciones...
* Tristia (tristezas): se trata de doce libros con casi cien poemas. Aquí no nombra a los destinatarios de estas cartas poéticas personales, según él mismo afirma, para no comprometerlos. La mayoría de los poemas fatigan por su tono quejumbroso y deprimen por la autohumillación en su desdicha.
* Epistulae ex Ponto: son cuatro libros de cartas en dísticos elegíacos dirigidas a su mujer y a influyentes amigos, pidiendo insistentemente que intercedan por él para que le sea levantado el exilio. El lector moderno se siente cansado por su monótona actitud de queja. Algunas de estas composiciones tienen un carácter adulatorio hacia Augusto con la esperanza del perdón.

LAS METAMORFOSIS.
Las Metamorfosis es el segundo gran poema épico de la época augústea y la obra cumbre de Ovidio. Su carácter es totalmente distinto al de la Eneida y al de todos los poemas épicos anteriores.
Las Metamorfosis de Ovidio narran en quince libros más de doscientos cincuenta mitos que tienen como hilo conductor el hecho de que en todos ellos se produce un cambio de forma. La novedad del poema de Ovidio consiste en engarzar una serie de metamorfosis en una obra extensísima contemplada como un conjunto y no como una suma de mitos. Efectivamente, el ambicioso proyecto inicial era narrar de forma coherente y cronológica desde la creación del mundo hasta Julio César, pasando por episodios importantes de la historia de Roma. El poema se cierra con la transformación de Julio César en estrella. Así pues la cronología da a la obra la continuidad que el poeta desea.
Todo lo dicho sobre el poema nos conduce a la pregunta de si hemos de considerar las Metamorfosis un poema épico o no. Tanto la intención del poeta de escribir un "carmen perpetuum" como la utilización del hexámetro, verso épico por excelencia, indica su deseo de escribir una obra de tono épico; además encontramos en las Metamorfosis algunos recursos típicos de la poesía épica como escenas de batallas, símiles, etc.; el léxico, en general, es más elevado que el utilizado en sus restantes obras. Podríamos concluir que las Metamorfosis es una obra épica muy especial. Ovidio escribe un poema superficial y frívolo que sólo pretende sorprender, divertir y distraer. No hay los ideales patrióticos que están en la base de la épica nacional romana.
Desde un punto de vista formal, la perfección técnica de Ovidio se pone de manifiesto en que logra trabar íntimamente las historias entre sí. Los dioses de Ovidio carecen de la majestad de los dioses de Virgilio y de Homero y están profundamente humanizados. Sus hexámetros, a los que mantuvo dentro de los cánones virgilianos, son de una extraordinaria perfección.
Durante la Edad Media fue uno de los autores más admirados. La lista de los autores que reciben la influencia de Ovidio sería interminable. La influencia de las Metamorfosis en la cultura occidental se extiende más allá del campo estrictamente literario, las artes plásticas han encontrado en la obra de Ovidio una fuente continua de inspiración y el más completo y colorido catálogo de mitos clásicos.

5. FÁBULA, SÁTIRA Y EPIGRAMA
  FÁBULA

La fábula, relato en el que intervienen animales que reproducen defectos y comportamientos de los hombres y que concluye con una moraleja, no surge en la literatura latina como un género independiente con sus características propias hasta el siglo I d. de C., por obra de Fedro.
El origen de la fábula, como el de la mayor parte de los géneros literarios, se remonta a Grecia, donde había surgido como una manifestación popular en oposición a la poesía solemne. La épica era un tipo de poesía que respondía a la concepción de la vida de los nobles y aristócratas, mientras que la fábula se situaba en el otro extremo, y representaba la vida mediocre y común del pueblo humilde. Los griegos, que gustaban de atribuir un inventor concreto a cada género, atribuyen el origen de la fábula a Esopo, que vivió hacia la mitad del siglo VI a. de C. y cuya vida nos ha llegado llena de datos legendarios.
Lo cierto es que las fábulas circularían por su propia naturaleza popular fácilmente de un pueblo a otro y podían tener un origen muy diverso; probablemente se transmitían de forma oral: mercaderes, cómicos y, sobre todo, esclavos fueron sus vehículos de transmisión.
Dos características acompañan el desarrollo de la fábula tanto en Grecia como en Roma:
1. Su carácter popular, de poesía menor.
2. Un fuerte matiz reivindicativo. Las fábulas eran la crítica satírica del pueblo contra los privilegiados.

Fedro.-

Este espíritu de reivindicación popular se encuentra claramente expresado en la obra de Fedro, el creador de la fábula latina como género literario. Nació en Macedonia hacia el año 15 a. de C. y vino a Roma como esclavo de Augusto que posteriormente le concedió la libertad. Parece que comenzó a publicar sus fábulas en el reinado de Tiberio y continuó en los de Calígula, Claudio y, probablemente, en el de Nerón. Como fecha aproximada de su muerte se da el año 50 d. de C.
Publicó con el título de Fabulae Aesopiae un centenar de fábulas repartidas en cinco libros. En un principio, las fábulas tienen siempre un mismo esquema: un relato de animales y una moraleja que puede preceder o seguir a aquél; ahora bien, más adelante comienza a utilizar otros procedimientos, introduciendo fábulas de otro tipo: relatos con personajes humanos...
Fedro escribe con un estilo sencillo y natural, especialmente cuando no moraliza. En los prólogos de su obra se muestra particularmente orgulloso de su "brevitas dicendi" (concisión), el rasgo más distintivo y característico de su estilo.
Llama la atención el hecho de que ninguno de sus contemporáneos haga mención de él; parece como si la literatura oficial de su época y de la inmediatamente posterior lo olvidara a propósito. Probablemente el público al que Fedro dirigió sus fábulas y el tono de crítica de las mismas lo alejó de la literatura oficial de la época.
Después de Fedro no tenemos noticias de que se cultive el género fabulístico hasta que en el siglo IV un autor llamado Aviano compusiera cuarenta y dos fábulas.

 SÁTIRA

El término "satura" designa un género literario que se desarrolla por primera vez en Roma como tal género con características bien definidas. El origen del término "satura" es oscuro: ya en la Antigüedad se proponían diversos orígenes. Son composiciones sobre diversos temas pero en las que se incluye una crítica mordaz desde un punto de vista muy personal de personas concretas y de la sociedad en general. Lucilio es el creador del género; Horacio, Persio y Juvenal son sus máximos representantes.
Lucilio de Suessa Aurunca tiene el privilegio de ser el creador de la sátira como género literario autónomo. Escribió 30 libros de los que sólo nos han llegado 1.375 versos. En los primeros libros utilizó una gran variedad de metros pero posteriormente utilizó solamente el hexámetro, que desde entonces es propio de la poesía satírica. Mantuvo sin embargo siempre una gran variedad temática: ataques contra personajes corruptos y contra los vicios imperantes en la sociedad de su tiempo, críticas literarias y filosóficas, etc. Lo más característico de Lucilio es que, por encima de la diversidad temática se impone siempre la crítica y los ataques mordaces, de carácter personal, lo que confiere a la "satura" esa nota distintiva que ha llegado hasta nuestros días. Lucilio escribe en el lenguaje normal de la calle (sermo cotidianus), alejándose de la selección de vocablos típica del lenguaje poético y marcando de esta forma diferencias con la poesía épica. Los términos groseros e incluso obscenos son propios del género y Lucilio los utiliza con normalidad.

JUVENAL

Décimo Junio Juvenal en sus sátiras no nos cuenta gran cosa sobre sí mismo; sí nos informa su obra sobre sus sentimientos ante la sociedad de su tiempo, pero no hay apenas alusiones a su vida personal. Se sabe que nació hacia el año 60 y que murió a edad avanzada con posterioridad al 127. Parece ser que era hijo de un liberto adinerado y que vivió la vida difícil de los clientes que recoge él mismo en sus sátiras. De los escasos datos que tenemos parece desprenderse que hizo carrera militar y recibió una sólida formación retórica. La juventud y parte de la madurez de Juvenal transcurre durante el funesto reinado de Domiciano, prototipo de tirano que estableció un auténtico régimen de terror y que marcó definitivamente al poeta. En el año 96 muere Domiciano y se inicia con Nerva y sus sucesores una época de restauración política, social y moral; es éste el momento que Juvenal, ya de mediana edad, elige para comenzar a publicar sus 16 sátiras en cinco libros ordenados por el mismo autor.
En la sátira inicial del libro I expone su deseo de escribir sátiras realizando una agria crítica de la sociedad de su tiempo. Sin embargo el poeta declara en esa misma sátira que sólo hablará de personas ya muertas, de manera que dirige su indignación tantas veces sofocada contra la época de Domiciano. La sátira IV ilustra cuáles son los motivos y las intenciones del poeta: desahogarse del horror experimentado en el inmediato pasado y resarcirse del obligado silencio. La crítica alcanza tanto al emperador, al que se censura su arbitrariedad y su crueldad, como a la clase senatorial. Sin embargo esta crítica se hace extensiva al presente porque los defectos de la sociedad se perpetuaban y se hacían difíciles de eliminar.
En el campo de la lengua y el estilo, Juvenal aporta a la sátira toda su formación y su experiencia de retórico. Destaca sobre todo en las descripciones rápidas y concisas, sacadas de la observación de la realidad. Juvenal es, al mismo tiempo que uno de los máximos representantes de la sátira romana, el punto y final de este género.

EPIGRAMA

Etimológicamente el término epigrama se usa para referirse a las composiciones destinadas a ser grabadas en piedra. Así pues los primeros epigramas fueron composiciones breves pensadas para su inscripción con carácter votivo o funerario. Este tipo de epigrama arcaico está perfectamente documentado en Roma, pudiendo adscribirse a este tipo de poesía los primitivos "elogia" (composiciones laudatorias en honor de difuntos) todavía en versos saturnios.
El epigrama literario, difundido extraordinariamente en época helenística, tiene su origen en estas inscripciones y de ellas toman gran parte de las características del género: brevedad, concisión, ingenio y vivacidad expresiva. El epigrama literario, concebido para ser leído o recitado, extiende su temática y pasa a expresar la más variada gama de sentimientos; encontramos epigramas eróticos, satíricos, costumbristas, festivos y, por supuesto, fúnebres.
En Roma los primeros epigramas literarios datan de finales del siglo II a. C. y, siguiendo la moda alejandrina, describen en dísticos elegíacos sentimientos amorosos.

MARCIAL

El epigrama como forma literaria alcanzó su configuración definitiva con Marco Valerio Marcial (aprox. 40 d. C- 103/104); él es el único escritor que adopta el epigrama como forma exclusiva para expresar sus ideas y sentimientos, dando a esta composición el carácter que actualmente tiene.
Nació Marcial en Bílbilis, una pequeña población situada en la Hispania Tarraconense. En el 64 marchó a Roma donde, falto de medios económicos, tuvo que adaptarse a la vida de "cliente" sometido a la protección de patronos. La mayor parte de su vida transcurre en Roma, pues ya no regresaría a Bilbilis hasta el 98, sólo unos años antes de su muerte, cuya fecha exacta no se conoce. Sin embargo, a pesar de su prolongada ausencia, la vinculación del poeta con su tierra española es uno de sus rasgos definitorios; su poesía deja entrever un amor obstinado por su tierra, sus paisajes y, muy especialmente, por el tipo de vida que allí se puede vivir.
Marcial escribía poesía para ganarse la vida. La primera colección figura como un libro aparte y se titula Liber spectaculorum; fue compuesto para celebrar la inauguración del Coliseo (anfiteatro Flavio) por el emperador Tito y describía los espectáculos que allí se sucedieron. De esta obra conservamos treinta y tres poemas interesantes por la información que proporcionan sobre este tipo de espectáculos. Al Liber spectaculorum siguieron dos nuevas obras ocasionales: Xenia y Apophoreta; eran pequeños poemas dedicados a acompañar los regalos que se intercambiaban con motivos de las Saturnales y en los banquetes. Los Xenia y Apophoreta aparecen recogidos como los libros 13 y 14 de los epigramas.
A partir del año 86 comienza a publicar su obra más importante: alrededor de 1.500 epigramas agrupados en doce libros y basados en la observación burlona de la vida. Suelen ser composiciones breves, en las que se expresa con concisión y acierto una idea. El metro más utilizado es el dístico elegíaco.
La poesía de Marcial no se explica sin la ciudad de Roma; por todas partes se muestra en sus epigramas con gran realismo los distintos tipos humanos que se movían por la corrompida sociedad romana de la época de los Flavios: cazadores de fortuna, delatores, glotones, etc... No faltan tampoco las alusiones personales y así se reflejan en su obra las dificultades de su vida de cliente. Las composiciones dedicadas al emperador Domiciano son abiertamente aduladoras, sin que parezca que esto le resultara humillante: consideraba la adulación un medio para sobrevivir, y lo cierto es que gracias a ella consiguió de Tito y Domiciano ciertos honores y compensaciones.
Como obra literaria los epigramas de Marcial responden a una postura de reacción contra los modos literarios imperantes en su tiempo. Era ésta una época en la que predominaba un gusto por los adornos mitológicos y retóricos. Se rechazaban las expresiones vulgares, el "llamar a las cosas por su nombre", el detenerse en asuntos desagradables sórdidos u obscenos. A todo esto opone Marcial su obra. En primer lugar, frente a las grandes composiciones narrativas él se inclina por el epigrama, la forma más humilde de poesía; en segundo lugar reclama su derecho a expresarse con "la cruda verdad de las palabras" (lasciva verborum veritas). Consigue de esta forma una claridad de expresión difícilmente imitable.
La intención de Marcial es simplemente representar la vida de la sociedad de su tiempo, sin falsos pudores y sin tapujos, quizá por ese motivo en ocasiones resulta excesivamente obsceno. Su actitud es más de cansancio y hastío que de indignación ante los vicios y defectos de la sociedad; busca provocar más la risa o la burla que la reprobación. La actitud de Marcial está lejos de la propugnada por los poetas satíricos porque no tiene intención moralizadora, no intenta provocar un cambio de actitud sino simplemente observar la realidad desde su aspecto más risible y jocoso. Además, y este es otro rasgo que lo separa de los poetas satíricos, nunca utiliza la invectiva o el ataque personal; las personas a las que se refieren sus epigramas son en la mayor parte de los casos imaginarias. Este deseo de no realizar ataques personales lo expuso con este verso: parcere personis, dicere de vitiis ("se dice el pecado, pero no el pecador").
En su tiempo tenía gran aceptación por el pueblo, mientras despertaba críticas airadas entre los poetas que respetaban las tendencias de la poesía clasicista. Lo cierto es que con su forma directa de escribir, con su ingenio y vivacidad dio al término epigrama las características con las que ha pasado a la literatura actual.

6. ORATORIA Y RETÓRICA

CARACTERÍSTICAS DEL GÉNERO

            La oratoria es el arte de utilizar la palabra en público con corrección y belleza, sirviéndose de ella para simultáneamente agradar y persuadir. Tuvo en Roma un uso temprano y prolongado, se mantuvo viva y con fuerza mientras la constitución republicana subsistió; una vez que se imponen formas de gobierno basadas en el poder personal, la oratoria, falta del ambiente de libertad que necesita, languidece y se transforma en un puro ejercicio de retórica.

            El “arte de bien hablar” se convierte también en un instrumento educativo de primera magnitud. El dominio de la palabra era necesario para los jóvenes de buena posición que quisieran dedicarse a la política, prácticamente la única opción que tenía un joven patricio, aparte del ejército. Esa habilidad la aprenderían los romanos con la práctica y gracias a las escuelas griegas de Retórica (conjunto de procedimientos para hablar bien). Estas escuelas habían surgido en Grecia en el siglo V a. C. En Roma las escuelas de retórica empezaron a asentarse en el S. I a. C. A partir de entonces los jóvenes, al acabar sus estudios primarios (ludus) y secundarios (escuela del grammaticus ), pasaban al rhetor (un maestro griego o romano) y con él aprendían todas las técnicas de la oratoria las cuales muchos perfeccionarían con estudios posteriores en Grecia.

            Había dos escuelas principales:
ÁTICA: escuela de Atenas; preconiza la sencillez, concisión, funda la elocuencia en el conocimiento del asunto.
ASIÁTICA: destaca la de Pérgamo; numerosas figuras estilísticas, exageración, ampulosidad, inventiva; los argumentos se guían por la imaginación más que por la lógica.

            La retórica convierte la práctica de la oratoria en un arte perfectamente reglado. Para la elaboración de buenos discursos es imprescindible el conocimiento de los distintos recursos oratorios que se estudian en las diferentes partes de la retórica:

Fases en la elaboración de un discurso:
INVENTIO: búsqueda de argumentos.
ORDO o DISPOSITIO: ordenación de los argumentos.
ELOCUTIO: redacción del discurso. En esta fase es cuando se cuida especialmente el estilo (elección y colocación de las palabras, ritmo y utilización de las figuras retóricas).
MEMORIA: el discurso se debe memorizar para ser capaz de recitarlo y no leerlo. Las notas manuscritas servirán únicamente como punto de apoyo.
ACTIO: pronunciación del discurso. La palabra se debe acompañar además de gestos y mímicas que la refuercen.

            Partes del discurso:
EXORDIUM. Es la introducción. Debe ser rápida, estar centrada sobre el tema y atraer desde el principio la atención del auditorio.
NARRATIO. Exposición detallada de la causa. Debe ser clara y sencilla.
ARGUMENTATIO. Presentación de los argumentos con la refutación de los que nos son contrarios. Deben estar organizados por sus características.
PERORATIO. Es la conclusión. Debe ser breve, enérgica  e impactante.

            Para ser orador se necesitaba además una sólida formación en derecho (a fin de conocer las leyes), historia (para recurrir a ejemplos del pasado), filosofía (como ayuda en la búsqueda de argumentos morales) y literatura (la estilística permite pulir la forma del discurso).

            En los primeros decenios del S. I a. C. Roma vive un renacimiento cultural, especialmente visible en el campo de la literatura, que tiene como una de las figuras señeras la de MARCO TULIO CICERÓN, al que muchos estudiosos de la literatura consideran digno de dar nombre a la época.

CICERÓN (106 – 43 A. C.)

            Nació en una pequeña ciudad del Lacio meridional. Perteneció a una familia de agricultores, de buena situación económica aunque no patricia. Este origen provinciano y no patricio explica algunos rasgos de su personalidad:

1.      Su conservadurismo en cuestiones de tradiciones y de respeto a las costumbres ancestrales. Cicerón fue contemporáneo de César y son el contrapunto el uno del otro: César era un patricio que lideraba el partido de los “populares” y Cicerón un plebeyo rico que defendía a la nobleza senatorial. Un cúmulo de contradicciones.
2.      Cicerón debió vencer la resistencia que la nobleza romana ponía al desempeño de las máximas magistraturas por alguien ajeno a ella; siendo un “homo novus”, recorrió todas las magistraturas del “cursus honorum”, llegando a desemopeñar el consulado y ganándose así el derecho a pertenecer al senado de Roma. Durante su consulado reprimió duramente el intento de Catilina (Lucio Sergio Catilina) de hacerse con el poder, lo que le valió el título de “pater patriae”.

Cuando las inevitables tensiones entre César y Pompeyo desembocaron en la guerra civil, Cicerón tomó partido, como la mayor parte del senado, por Pompeyo. El triunfo de César, que siempre se portó de manera generosa con él, y su posterior dictadura lo obligaron a dejar la vida política. A la muerte de César, volvió a la vida política en un intento inútil por restaurar la República. Apoyó a Octavio Augusto y se enemistó con Marco Antonio, escribiendo contra él varios discursos (“Las Filípicas”). Cuando se formó el segundo triunvirato, M. Antonio, Octavio y Lépido acordaron eliminar a sus enemigos; el nombre de Cicerón estaba en la lista de M. Antonio y fue asesinado por los soldados de éste el 7 de diciembre del 43 a. C. (con 64 años).

La obra de Cicerón es inmensa por su tamaño e importancia; abarca, además del campo de la retórica y los discursos, los de la epistolografía, la filosofía, y la poesía.

Entre sus múltiples actividades, llama la atención por encima de todo la oratoria. Cicerón pronunció al menos 106 discursos, de los que conservamos 58. No conocemos los discursos tal y como fueron pronunciados, ya que, con toda probabilidad, los retocaba antes de publicarlos. Se pueden clasificar en dos grupos:

1.      Discursos judiciales. Ante los tribunales; causas civiles y penales.
2.      Discursos políticos. Ante el Senado.
Tanto los discursos judiciales, como los políticos podían ser a su vez:
1.      Discursos de defensa. Orationes pro + Ablativo.
2.      Discursos de acusación. Orationes in + Acusativo.
Seleccionaremos los discursos más representativos:

PRO LEGE MANILIA. Su primer discurso político. Apoya la propuesta de que se le conceda a Pompeyo el mando supremo de las tropas romanas en la lucha contra Mitrídates.

ORATIONES IN L. CATILINAM. Durante su consulado se produce el gravísimo episodio protagonizado por Catilina, patricio romano que, derrotado en las elecciones al consulado por segunda vez, planeó la toma violenta del poder. Cicerón pronunció en el Senado cuatro discursos (el primero de ellos estando Catilina presente, lo que provocó su precipitada salida de Roma), conocidos como Catilinarias, que son la cima de la oratoria romana.

PRO ARCHIA POETA. Discurso judicial en el que defiende la concesión del derecho de ciudadanía al poeta griego Arquia. Este motivo le sirve como pretexto al orador para hacer un apasionado elogio de la literatura.

IN M. ANTONIUM ORATIONES XIV. Cicerón dirige contra M. Antonio una serie de apasionadosdiscursos; el propio autor las llamó Filípicas, en recuerdo de las que pronunciara Demóstenes contra Filipo de Macedonia.

            Además debemos a Cicerón las más completas y acabadas obras de retórica de la literatura latina:

DE ORATORE. Utiliza la fórmula del diálogo tomada de la filosofía griega. En primer lugar se reflexiona sobre las cualidades que debe tener un buen orador:
*disposición natural
*cultura profunda
*conocimiento de la técnica del discurso.
Continúa con el estudio de la metodología o técnica oratoria que abarca tanto las fases de elaboración del discurso como las partes del mismo.

BRUTUS. Traza una completísima historia de la elocuencia en Roma que culmina con él mismo, precedida de algunos comentarios breves sobre la oratoria griega.

ORATOR. Continuación y complemento del De oratore.

QUINTILIANO (S. I d. C.)

            Marco Fabio Quintiliano era de origen español; nació en Calahorra. Estudió en Roma donde su padre era rétor. Fue un abogado famoso en su tiempo y recibió grandes honores. Estuvo durante 20 años en los cuadros de la enseñanza oficial (especie de enseñanza estatal creada por Vespasiano quien le dio una paga anual importante). Cuando se jubiló, Domiciano le confió la educación de sus hijos. Quintiliano gozó de gran consideración en su época. Su fama proviene de ser el mejor profesor de retórica del mundo antiguo junto a Isócrates. Era amigo del científico Plinio el Viejo; el esritor romano Plinio el Joven fue alumno suyo y quizá lo fue incluso el historiador Tácito.

            Su obra principal, por la que ha pasado a la posteridad fue DE INSTITUTIONE ORATORIA (Sobre la formación del orador). Es un tratado en doce libros sobre la formación del orador desde su infancia, de la composición y estructura de un discurso, de la elección de argumentos, de la declamación y de las finalidades morales y prácticas de un orador perfecto. La obra es un fiel reflejo de su método y sus experiencias en la educación e instrucción de los jóvenes. La virtud principal que Quintiliano pretendía enseñar era el equilibrio: su ideal de elocuencia y de estilo estaba en la justa distancia entre los dos extremos.

En los dos primeros libros, Quintiliano trata la educación elemental y los métodos para la formación básica en el campo de la Retórica. Dedica los nueve libros siguientes a los fundamentos y técnicas de la oratoria. El Libro X es el más conocido; en él aconseja la lectura como elemento fundamental en la formación de un orador y contiene un famoso estudio sobre las personas que escribieron en griego y latín. El último libro presenta el conjunto de cualidades que debe reunir quien se dedique a la Oratoria, tanto en lo referente al carácter como a la conducta.

La obra defiende la formación íntegra del orador como ser humano y como hombre público y presenta una originalidad notable con un estilo ciceroniano lúcido y brillante; ejerció una gran influencia sobre la teoría pedagógica que sustenta el Humanismo y el Renacimiento.

7. NOVELA ROMANA

1.- CONCEPTO Y DELIMITACIÓN DEL GÉNERO

El problema fundamental, al tratar la Novela en la Antigüedad clásica, es el de su indefinición. Los griegos ya habían fijado un nombre y unas características para cada género literario. Pero las primeras novelas surgen en época tardía y no encuentran acomodo en los géneros tradicionales.
Ante la necesidad de definir este nuevo tipo de literatura se la relaciona por su carácter narrativo con la historia y por los argumentos narrados con la comedia. Es un producto de un mundo en decadencia; tanto la sociedad helenística, como la romana de la época imperial, son mundos en crisis política, social y religiosa. Típico producto de este mundo es la novela, género abierto en el que se mezclan historia y ficción, prosa y poesía, amores y aventuras. Todas las novelas de la Antigüedad clásica, sean griegas o latinas, tienen algunos rasgos comunes:
- presencia del tema amoroso y erótico como núcleo de la trama; su intención es la pura diversión y es ajena a los acontecimientos políticos y sociales.
- continuo viajar de los protagonistas, con múltiples aventuras.
A pesar de esas características comunes, en el conjunto de novelas de la antigüedad se pueden distinguir con claridad dos grupos con notables diferencias entre sí:
*las novelas románticas, idealistas, escritas en griego, son obras de evasión en las que se mezcla la trama amorosa con relatos de viajes y aventuras azarosas.
*una novela cómica, originada en el mundo romano, con unas características específicas en técnica literaria y en intención. A este tipo de relato, que no se da en el mundo griego, pertenecen las dos únicas novelas latinas: El Satiricón y El Asno de Oro.
El primer elemento característico de la novela latina es su tono satírico, propio del carácter itálico y que impregna gran parte de sus manifestaciones literarias. Las novelas romanas incluyen parodias de todo tipo sobre cuestiones religiosas, literarias y sociales. A través de las aventuras de los protagonistas se traza un cuadro caricaturesco de una sociedad decadente, pero su intención no es moralizante: el protagonista de la novela latina no intenta cambiar el mundo que le es hostil, sólo intenta sobrevivir en él.
En el aspecto formal las dos novelas latinas se caracterizan por su perfección. A pesar de su carácter popular, la novela cómica, por su fina ironía, no puede ser entendida en profundidad sino por un público que tenga una educación literaria. Tanto Petronio como Apuleyo complican la trama con gran cantidad de aventuras, insertando en medio de la obra relatos novelescos independientes, con entidad y valor artístico propios.

 2.- EL SATIRICÓN

2.1.- El autor: PETRONIO

El Satiricón es una de las obras antiguas cuya transmisión ha sufrido mayor número de vicisitudes; nos ha llegado en estado fraccionario y ha ido apareciendo en épocas distintas y en diferentes manuscritos. La fecha en que se escribió el Satiricón es una cuestión abierta para la que no existe solución definitiva. Se han propuesto diversas fechas. En la actualidad la mayor parte de los estudiosos de esta obra, apoyándose en la situación económica y social que se refleja en la misma y en sus referencias literarias y culturales, se inclinan a favor de la composición en los últimos años del reinado de Nerón.
En algunos de los manuscritos figura el nombre del autor como Petronius Arbiter. Los estudiosos identifican este Petronius Arbiter como un personaje de la corte neroniana, un aristócrata de gustos refinados, con una capacidad inagotable para procurarse nuevos e inusitados placeres pero también, con una considerable capacidad e inteligencia cuando desempeñaba cargo de responsabilidad. Este noble perteneció al grupo de íntimos de Nerón, fue su favorito y, en palabras del propio Tácito, era considerado por el propio emperador su "arbiter elegantiae"; la coincidencia de este apelativo atribuido al Petronio de la corte neroniana con el "cognomen", ciertamente raro, del autor del Satiricón ha propiciado que ambos se identifiquen.
Tácito nos informa también sobre la fecha y la circunstancias de la muerte de Petronio. A causa de la envidia y la intriga de otros personajes de la corte, fue acusado de tener amistad con uno de los participantes en la conjura de Pisón. Sin esperar a ser condenado se dio muerte serenamente en el año 66, manteniendo en la muerte la misma postura epicúrea que había mantenido en vida.

2.2.- Contenido y estructura de la obra

El Satiricón nos ha llegado extraordinariamente fragmentada; parece que debía tener al menos dieciséis libros, porque se nos han transmitido parte del XIV, XV y del XVI. Los fragmentos que tenemos sólo abarcan algunos pequeños episodios, si exceptuamos un episodio que nos ha llegado completo y que se conoce como La cena de Trimalción.
La obra, una de las más bellas y originales de la época imperial, es extraordinariamente compleja, no sólo por su trama sino también por la gran cantidad de géneros que confluyen en ella. El relato principal está en primera persona y se centra en las vergonzosas aventuras del propio narrador, Encolpio, y de su amante Gitón, joven hermoso y carente de escrúpulos. Haciendo una parodia de la Odisea, Petronio nos muestra a Encolpio zarandeado de un lado a otro por la ira de Príapo, obsceno dios de la fertilidad, como Ulises lo era por la ira de Poseidón.
En la primera parte de sus aventuras están acompañados por Ascilto. Los tres personajes carecen completamente de moral, pero demuestran gran inteligencia en sus aventuras por las ciudades helenizadas de Italia del Sur. En la segunda serie de aventuras acompaña a Encolpio y a Gitón un nuevo personaje: Eumolpo; se trata de un viejo poeta sentimental y sin escrúpulos. En el relato principal se insertan numerosos episodios menores con entidad y valor literario propios, novelas dentro de la novela. El conjunto forma una serie de aventuras extravagantes, eróticas la mayor parte de las veces, en las que se reúnen personajes de todo tipo: ladrones,  pervertidos, retores, doncellas y matronas dominadas por la lujuria, etc... Es, quizás la primera novela de pícaros, que, moviéndose en un mundo en descomposición, intentan sobrevivir en él.
La cena de Trimalción. Este episodio ha aparecido aparte y en un manuscrito distinto al resto de los fragmentos. Narra un banquete ofrecido por Trimalción, liberto recientemente enriquecido, y al que son invitados Encolpio y sus acompañantes. El anfitrión y su esposa Fortunata hacen ostentación de su riqueza tanto en la decoración de la casa como en la profusión de suntuosos platos para sus invitados. El tema le sirve a Petronio para trazar una viva caricatura de la vulgaridad de esta clase de nuevos ricos que proliferaban en la época imperial. Durante la comida se suceden incidentes grotescos y conversaciones ridículas; se incluyen también relatos cortos como el hombre-lobo y el de las brujas maléficas, así como la de la Matrona de Éfeso (cuenta con tono picante la seducción de una viuda por parte de un soldado en la propia cámara sepulcral de su marido) y el Muchacho de Pérgamo (aborda el tema de la homosexualidad) verdaderas novelas dentro de la novela. Toda la escena está narrada con una vivacidad y un realismo verdaderamente brillante y asombroso. Petronio traza en esta imagen del nuevo rico una de las figuras más lograda de la literatura romana.
Por último encontramos en El Satiricón, además de gran número de pequeñas poesías, dos poemas extensos, que merecen ser tenidos en cuenta. Uno de ellos canta la destrucción de Troya. El segundo es un largo poema sobre la guerra civil; algunos quieren ver en él una crítica o parodia de La Farsalia de Lucano. Este tipo de poemas apoya la tesis de los que piensan que Petronio escribía para un público entendido, capaz de reconocer y valorar las alusiones a autores y obras dispersas por la novela.

2.3.- Valor literario del Satiricón

Petronio consigue una obra totalmente nueva y original y extraordinariamente compleja, que se adaptaba bien al gusto de la época y representaba a la perfección el espíritu escéptico y epicúreo de su autor. En su conjunto es una obra difícilmente clasificable. Visible es su relación con las fabulae milesiae. Estas eran narraciones cortas, que incluían relatos de viajes y que tenían alto contenido erótico; surgen en Asia Menor en el siglo II a. C y se difunden rápidamente por el mundo romano. Es un género menor, de fundamento popular que se caracteriza por la brevedad, la obscenidad y la agudeza picante. No se puede soslayar la existencia de pasajes completos, como los dos poemas ya comentados, con un valor innegable de crítica literaria.
Desde el punto de vista lingüístico, el Satiricón es un documento de un extraordinario valor. Todos los tonos literarios están absolutamente mezclados en perfecta consonancia con el tema narrado y con la caracterización del personaje; los pasajes cómicos se alternan con los trágicos, y a los puramente burlones suceden otros de gran patetismo. Básicamente se distinguen en Petronio dos estilos distintos: el del narrador y los personajes educados y el que se atribuye a Trimalción y su entorno. De nuevo vemos el contraste; junto a las expresiones solemnes y retóricas de los círculos cultivados se nos presenta el lenguaje popular a veces sencillo, a veces vulgar y soez.
Destaca el extraordinario realismo en la descripción de la sociedad de su tiempo, tanto en los aspectos morales y de costumbres como en los lingüísticos.

3.- EL ASNO DE ORO

3.1.- El autor: APULEYO

La mayor parte de la información sobre la vida de Apuleyo la obtenemos de su propia obra. Aunque su fama descansa especialmente en su obra de ficción Las Metamorfosis o El Asno de Oro, Apuleyo es un prolífico escritor que escribe de filosofía y ciencia y que ejerce además la abogacía.
Sabemos que nació en África, concretamente en Madaura, ciudad situada en Numidia. La fecha de su nacimiento se fija en torno al 125 d. de C. Conocemos también que su padre llegó a tener un puesto importante en el gobierno municipal y que gozó de una desahogada posición económica. Apuleyo recibió una educación esmerada, como correspondía a la situación social y económica de su familia. Los primeros estudios los realizó en Cartago, la ciudad más importante de la provincia y una de las más importantes del Imperio. Completa su educación viajando por Oriente, Grecia e Italia. Pasa una larga temporada en Atenas que seguía manteniendo su prestigio y era un centro de atracción intelectual. Aquí Apuleyo se interesa fundamentalmente por la filosofía, que pasa a ser su principal preocupación. A su amor por la filosofía añade también su afición por las religiones orientales y por los cultos mistéricos tan en boga en ese momento en todo el mundo romano; durante su estancia en Grecia y Oriente se hace iniciar en varios ritos mistéricos y participa en toda clase de cultos. Es importante esta faceta de la formación de Apuleyo para comprender algunos aspectos de su novela, El Asno de Oro.
Episodio importante en su vida es su matrimonio, que motivó su encausamiento acusado de magia. En un viaje a Alejandría, cuando era joven, cayó enfermo y fue atendido por una viuda rica, bastante mayor que nuestro escritor y madre de un amigo. A pesar de la diferencia de edad Apuleyo se casó con ella. Los parientes presentaron una demanda contra él, acusándolo de haber utilizado la magia para seducirla. Apuleyo asumió su propia defensa (se nos ha conservado y su verdadero titulo es De magia o Pro se de magia) que constituyó un rotundo éxito y fue absuelto.
En el último período de su vida, establecido en Cartago, gozó del reconocimiento de sus conciudadanos; tuvo un puesto destacado llegando a ser sacerdote del culto imperial.

3.2.- Contenido y estructura de la obra

La fama de Apuleyo va unida a su novela El Asno de oro, la única novela de la literatura latina que nos ha llegado completa. El título que originariamente llevó el libro es el de Metamorfosis, con el que se alude tanto a la transformación del protagonista en asno, núcleo central de la obra, como a otros cambios y hechizos de los que el libro está lleno. Ya desde la Antigüedad se popularizó un segundo título, que hizo mayor fortuna: El Asno de oro.
Fuera de toda duda está que Apuleyo sigue alguna narración griega y así lo declara él mismo en el prólogo de la obra: "Fabulam graecanicam incipimus".
Si comparamos la novela de Apuleyo con la de Petronio, dos rasgos las diferencian fundamentalmente: por un lado, la ausencia de versificación en el Asno de Oro; por otra parte, desde el punto de vista de la intencionalidad el tono místico-religioso de la obra de Apuleyo.
La novela adopta la forma de un relato narrado en primera persona por un joven de buena familia, llamado Lucio. El episodio central de la obra es la transformación por arte de magia en asno de Lucio, y las peripecias que sufre hasta recuperar su forma humana gracias a la intervención milagrosa de Isis. La obra consta de once libros en los que se narran múltiples y fantásticas aventuras. Podemos estructurar la obra en los siguientes bloques:

Primer bloque. (Libros I a III). El joven Lucio, dominado por una malsana curiosidad por los hechizos y encantamientos, llega a Tesalia, la supuesta patria de la magia. Se hospeda en casa de un viejo usurero llamado Milón, cuya mujer practica la magia con la colaboración de su criada; Lucio seduce a Fotis, la criada, e intenta así conocer las artes de hechicerías de su ama. Por un error en los encantamientos se ve convertido en asno, conservando su facultad de raciocinio. El libro tercero termina con el saqueo de la casa de Milón por unos ladrones que se llevan con ellos al asno junto con todas las caballerías.

Segundo bloque. (Libros IV a VI). Se narran las desventuras de Lucio mientras está en poder de los ladrones. El episodio más importante el relato de mayor valor literario de todo El Asno de Oro lo constituye la fábula de Cupido y Psique, auténtico relato independiente. La narradora es una anciana que pretende distraer a una joven capturada por los ladrones. Narra la historia de Psique, una joven de extraordinaria belleza de la que el dios Cupido se enamora. El dios, que había prohibido a la joven que lo contemplara, sólo se reunía con ella al caer la tarde. Una noche, movida por la curiosidad, Psique, mientras Cupido duerme, acerca una lámpara de aceite para poder verlo; el dios despierta y, enfadado por su desobediencia, la abandona. Psique inicia la búsqueda de su amante por toda la tierra, sometida a pruebas inhumanas por parte de los dioses. Finalmente Júpiter consiente el reencuentro de los amantes y Psique asciende al cielo. Esta fábula, que ha inspirado a escritores y artistas de todos los tiempos, por su contenido simbólico ha sido objeto de gran número de interpretaciones, incluidas algunas de inspiración cristiana; entre las interpretaciones propuestas, quizá la más acorde con el platonismo de su autor sea aquella que ve en Psique una alegoría del alma que busca su perfección en la unión con la divinidad. Terminada la narración, el asno intenta escapar en compañía de la joven. Es capturado y conducido de nuevo a la cueva, donde los ladrones deciden matarlo.

Bloque tercero (libros VII, VIII, IX y X). El libro VII se inicia con el rescate de la joven por su prometido. Ambos jóvenes se llevan con ellos al asno Lucio. Comienza entonces un peregrinar del asno por distintos amos, que lo tratan de forma desigual y con los que corre múltiples aventuras. Finalmente, se descubren sus facultades extraordinarias y lo llevan a exhibirse en el teatro con una mujer depravada; logra escapar y con el relato de su evasión termina el libro X.             El libro XI merece ser considerado aparte por cuanto narra la intervención de Isis, devolviendo su forma humana a Lucio. La mayor parte del libro se consagra a la ceremonia de iniciación de Lucio en los cultos de Isis.

3.3.- Valoración literaria

El estilo del Asno de Oro mereció elogios desde la antigüedad hasta casi nuestros días. Su lengua barroca y con gran carga retórica resulta algo extraña a los gustos contemporáneos. Son características del autor la artificialidad y la extravagancia verbal; consigue sorprendentes efectos expresivos combinando arcaísmos y helenismos, vulgarismos y neologismos.
La influencia de la novela de Apuleyo a partir del Renacimiento ha sido muy importante. Se ha de destacar también la importancia del Asno de Oro en el desarrollo de la novela picaresca española: su influjo se observa en el Lazarillo de Tormes. Conviene también citar la influencia que en la literatura occidental ha tenido la fábula de Cupido y Psique.