CATULO

El gran poeta latino Catulo se enamoró de una dama muy bella y casada, Clodia, que aparece en sus versos con el nombre de Lesbia. A ella dedica este preciosísimo y famosísimo poema: 

CARMEN  V

Vivamus, mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum severiorum
omnes unius aestimemus assis.
Soles occidere et redire possunt;
nobis, cum semel occidit brevis lux,
nox est perpetua una dormienda.
Da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum,
deinde usque altera mille, deinde centum.
Dein, cum milia multa fecerimus,
conturbabimus illa, ne sciamus
aut ne quis malus invidere possit,
cum tantum sciat esse bassiorum.


Vivamos y amemos, oh Lesbia mía,
y démosles menos valor que a un as
a las voces de los viejos severos.
Los astros pueden morir y volver;
muerta nuestra breve luz,
deberemos dormir una última noche perpetua.
Dame mil besos, seguidos de un ciento;
luego otros mil, luego un segundo ciento;
luego otros mil seguidos, luego un ciento.
Después, hechos ya muchísimos miles,
revolvámoslos, para no saber ni nosotros,
ni el malvado que mira acechante,
cuántos besos nos dimos.

Tras concederle sus encantos, Lesbia le fue infiel a la primera ocasión y dejó a Catulo debatiéndose entre el odio y el amor, como expresa en su conocido dístico:

Odi et amo. Quare id faciam? fortasse requiris
Nescio, sed fieri sentio et excrucior.

(«Odio y amo. ¿Cómo es posible?, preguntarás acaso. No lo sé, pero siento que me ocurre y me atormenta»).